http://laiveesvida.com |
La Hiperemesis
puede ser insoportable y afectarte considerablemente tanto a ti como a tu
familia. Como mínimo, interrumpirá tu actividad diaria y hará difícil o
imposible el que cumplas con tus responsabilidades durante un tiempo. Puede
llevarte incluso a perder el trabajo y convertirte en una persona completamente
dependiente de quienes te rodeen. La mayoría de las mujeres la sufren durante
tres o cuatro meses y algunas (pocas) sufren náuseas y vómitos hasta el
nacimiento de sus hijos. Puede ser emocionalmente traumático y algunas familias
acaban renunciando a sus planes de ampliar la familia con nuevos embarazos.
A menudo, un
tratamiento preventivo y agresivo consigue aliviarte mucho el sufrimiento y reduce
el impacto negativo de la Hiperemesis sobre tu vida. Sin embargo, encontrar a
un profesional con la misma opinión y experiencia puede llegar a ser un reto.
Esta guía te
ofrece ideas para afrontar y manejar tu enfermedad. Ojalá también te dé fuerzas
para tomar decisiones con conocimiento y para sobrevivir a la HG con el menor
sufrimiento posible.
Las mamás con
HG afrontan una serie de retos que pueden ser difíciles de entender para otros.
Aunque tu
experiencia sea algo diferente de las de otras mujeres, indudablemente
compartirás con ellas emociones parecidas y los mismos detonantes de náusea y
vómito. Saber que no estás sola puede ser
muy reconfortante y de gran ayuda.
Aversión a la
comida/ antojos
La experiencia
más generalizada entre mujeres con HG es la de los ascos y los antojos, que se
deben, probablemente, a tu química corporal y a las hormonas. Tendrás extraños
e intensos antojos y ascos que quienes te rodeen deben aguantar y aceptar. No
es algo que puedas controlar si haces un esfuerzo e ignorarlos puede empeorar
enormemente los síntomas, especialmente durante los primeros meses.
Los antojos
suelen aparecer por un breve período (quizás sólo unos minutos) y han de ser
satisfechos si es posible. Las principales metas a alcanzar son permanecer
hidratada y aumentar la ingesta de comida tanto como sea posible. A menudo la
vida de la mujer se acaba centrando en la comida. Puedes desesperarte por
encontrar algo que puedas comer e
incluso sentirte aterrorizada ante el solo pensamiento de comer algo que te
haga vomitar. Haz lo que puedas y no te preocupes por tu bebé, porque no
necesitará mucha comida en los primeros meses.
Hiperolfato
Otro reto casi
universal es el del hiperolfato, que se cree debido a las hormonas. Esto
significa en esencia que tu sentido del olfato se verá enormemente incrementado,
haciendo que huelas lo que otros no pueden. Puede llegar a ser frustrante y
angustioso.
Junto con el
aumento del sentido del olfato, se dan cambios en el del gusto. La comida
podría adquirir texturas y sabores extraños para ti y provocarte el rechazo. No
es algo que puedas controlar puesto que el sentido del gusto está relacionado
con muchos otros factores, incluyendo los cambios hormonales.
Una vez que
hayas identificado qué olores te provocan náuseas o vómitos, huye de ellos a
toda costa, ya sea evitando entrar en la cocina o viajar en metro o estar cerca
de fumadores o viajar o comer fuera o cambiar pañales, etc. Desgraciadamente no
existe más tratamiento que el tiempo. Podría ser más llevadero hacia la mitad
del embarazo, pero también podría durar hasta el parto.
Un tratamiento
agresivo que reduzca el vómito y las
náuseas puede reducir también la intensidad de estos síntomas y hacértelos más
llevaderos. Es interesante el que fármacos como los antagonistas de la
serotonina (Zofran, Kytril, Anzemet) parezcan hacer a algunas mujeres menos
sensibles a los olores y al movimiento, así como menos propensas a sentir
aversión por la comida. No se sabe por qué.
Lo que sí
sabemos es que cuanto más severos son los síntomas de la mujer, más sensible es
a los desencadenantes de la náusea y el vómito. Eliminar tantos como sea
posible es algo muy importante.
2.- Causas
comunes de depresión, culpabilidad, ansiedad y frustración
En esta lista
se incluyen causas comunes de depresión, culpabilidad, ansiedad y frustración.
Conocerlas puede ayudaros a ti y a tu familia y amigos a hacerles frente.
Falta de
compresión y apoyo por parte de los demás
Incapacidad
para tomar vitaminas y comer de forma saludable
Tomar
medicamentos considerados peligrosos
Perder la
ilusión de estar embarazada
Pérdida de un
embarazo “normal”
Días de
trabajo perdidos o dejar de trabajar
Poner la vida
en modo “espera” durante muchos meses
Ganas de comer
y beber con normalidad
Dinero gastado
en cuidados y apoyo
Falta de energía
y fatiga grave
Irritabilidad
y falta de disfrute de la vida
Pérdida de
memoria o incapacidad para pensar claramente
Carga que
supone atender y dedicar tiempo a otros
Aislamiento
social
Incapacidad
para prepararse para el nacimiento del bebé
Incapacidad para
cuidar de la familia y del hogar
Querer
terminar el embarazo para acabar con el sufrimiento
La impresión
que tienen los demás de que la HG está en tu cabeza
Pérdida de
esperanza en que las náuseas terminarán después del parto
Miedo a
tratamientos dolorosos o a ser alimentada a la fuerza
Reticencia de
los médicos a iniciar un tratamiento por el coste o por la responsabilidad
Perder peso o
no ganar el adecuado para la edad gestacional del bebé
Emociones
fluctuantes debido a las hormonas y a la enfermedad
Sentimiento de
fracaso por ser incapaz de hacer frente o funcionar
Miedo a dañar
al bebé o a un parto más difícil
Miedo a la
enfermedad o a la muerte
Dificultad
para vincularse afectivamente al bebé
Falta de
energía con los niños
Falta de
entusiasmo por la llegada del bebé
Miedo a una
recuperación larga
3.- Desencadenantes
típicos de náusea y vómito
Elimina o
minimiza tantos como puedas:
Luces
intermitentes o brillantes
Ver, oler o
pensar en la comida (TV, gente comiendo…)
Ruido (TV,
niños…)
Pasta de
dientes
Movimiento
Estar de pie o
sentarse erguida
Estómago vacío
Olores
(cosméticos perfumados, productos químicos…)
Dormir
acompañada (por la intolerancia a olores y al movimiento)
Ducharse
diariamente (cansancio, náusea)
Presión sobre
el abdomen
Estimulación
de la arcada (con pastillas para tragar, por ejemplo)
Montar en
coche
Vitaminas
(especialmente con hierro)
Intenta
aplicar tantas de las siguientes estrategias como puedas:
Tómatelo con
paciencia. Tan sólo haz lo que puedas por hacerlo más llevadero. No te
concentres en las semanas que has perdido o en cómo enfrentarás otro día más
enferma.
Date permiso
para descansar cuanto necesites y escucha tu cuerpo. No luches contra las ganas
de tumbarte o no hacer nada cuando tengas muchas náuseas o vómitos. A menudo
estar activa empeora los síntomas.
Haz lo
necesario para salir adelante, incluyendo dejar el trabajo o contratar ayuda.
Si es posible, evita los factores de estrés más importantes, como moverse,
hasta que te hayas recuperado.
Pide ayuda.
Haz una lista con lo que los demás pueden hacer para ayudar y déjales elegir de
acuerdo con sus habilidades y horarios. Si tu apoyo es limitado y puedes
permitírtelo, contrata ayuda.
Consigue que
alguien te visite o te llame a menudo para evitar la depresión y el
aislamiento.
Pide a alguien
que te lleve a las citas y las tiendas, de manera que puedas ir tumbada en el
coche. Hacer las dos cosas puede ser demasiado. Compra ‘on line’ si es
necesario para evitar el estrés de hacer recados.
Si tu médico
quiere hacerte la prueba del azúcar gestacional (el test de tolerancia a la
glucosa), coméntale la opción de tomar zumo de manzana o caramelos de goma (hay
estudios médicos que avalan esta opción) en lugar de glucosa.
Compra
Ketostix en una farmacia y comprueba tu orina al menos una vez al día. Son las
tiras que las enfermeras mojan en tu orina para detectar cetonas. Sométete a
hidratación intravenosa o bebe más tan pronto como produzcas cetonas. Estas
empeoran las náuseas y los vómitos.
Intenta tomar
bebidas y comidas frías que tienen menos olor. Si son congeladas, puede
disminuir también tu sentido del gusto. El agua con hielo podría pasarte mejor
que el agua helada. Congela media botella de agua (o zumo) y rellena el resto
con agua fría. El hielo la mantendrá helada durante horas.
Ten a mano
snacks variados, por si disminuyen las náuseas y sientes que puedes comer. Ten
una nevera cerca del sofá o la cama para ahorrarte viajes a la cocina.
Cómete un
snack antes de levantarte del sofá o la cama. Intenta beber a sorbitos
cualquier líquido a lo largo de todo el día. Evita comer grandes cantidades
porque te dilatarán el estómago y estimularán la náusea y el vómito.
Lleva ropa
suelta y usa almohadas para ponerte en una posición cómoda.
Lee sobre la
experiencia de otras mujeres que hayan sufrido HG y contacta con ellas para
obtener apoyo. Y recuerda que buscar ayuda profesional no es un signo de
debilidad sino una estrategia positiva para afrontar una enfermedad como la HG
que puede ser muy traumática.
5.- The Baby
Shake
La receta de
licuado nutricional
Mezcla:
1/2
a 1 taza de zumo fresco de manzana
1 a 2 cucharaditas de melaza (vitamina B)
1 plátano congelado u otra fruta
1 a 2 cucharaditas de levadura nutricional
1/2 a 1 taza de yogur
1 cucharada de germen de trigo (vitamina B), polvo de proteínas o nueces
1 a 2 cucharadas de miel o jarabe de arce puro
1/2 a 1 taza de leche baja en grasa o leche alternativa (de arroz / de almendra / de soja)
1/2 a 1 cucharadita de quelpo (minerales)
1 a 2 cucharaditas de melaza (vitamina B)
1 plátano congelado u otra fruta
1 a 2 cucharaditas de levadura nutricional
1/2 a 1 taza de yogur
1 cucharada de germen de trigo (vitamina B), polvo de proteínas o nueces
1 a 2 cucharadas de miel o jarabe de arce puro
1/2 a 1 taza de leche baja en grasa o leche alternativa (de arroz / de almendra / de soja)
1/2 a 1 cucharadita de quelpo (minerales)
Puedes adaptar
la receta a tus preferencias. Si algo de la bebida no te gusta, prueba con otra
cosa. Otras frutas (preferentemente congeladas) o zumos se pueden usar también,
o mezclar la leche con alguna fruta congelada como base. Añadir nueces es una
magnífica forma de obtener proteínas e importantes ácidos grasos. Las
almendras le añaden una textura crujiente y espesa y ofrecen sustancias muy
nutritivas como el calcio. El helado o el sorbete también se pueden usar para
obtener calorías extra. Añadir agua o hielo sirve para hacerlo
más líquido. Aromatizantes como el de vainilla o almendra, el polvo de proteína
y el coco pueden añadirse también a la receta. Las comidas líquidas, sobre todo
aquellas que contienen proteínas, pueden reducir las náuseas más que las
sólidas y ayudan a controlarlas.
Haz el licuado (o batido) tan simple o tan
complejo como quieras. Es una fantástica forma de obtener las vitaminas y los
minerales que tanto necesitas.
Intenta tomarlo también después del parto para
conseguir las calorías y nutrientes que necesitarás para la lactancia y tu
recuperación.
6.- Qué esperar cuando estás hospitalizada
Podrías encontrarte con los siguientes procedimientos
y equipos durante tu estancia en el hospital:
Detección de
signos vitales, como temperatura, presión arterial, pulso y respiraciones. Para
escuchar el corazón y los pulmones se usa el estetoscopio. La presión arterial
se toma envolviendo un manguito en tu brazo.
Vía: Un tubo
insertado en la vena por el que se administran medicamentos o líquidos. Estará
tapado o con un tubo conectado.
Electrocardiógrafo
o monitor cardíaco: Los
parches en el pecho están conectados a una pantalla tipo TV o a una pequeña caja portátil (unidad de telemetría). Esta pantalla
muestra un trazado de cada latido del corazón. Se vigilarán así los signos de
lesiones o daños en el corazón resultantes de tu enfermedad.
Sangre:
Normalmente se toma la muestra de una vena de la mano o del pliegue del codo.
Con ella se harán los análisis.
Medicinas:
Pueden administrarse en inyección, a través de la vía o como supositorios.
Monitorización
del latido del bebé: Si la gestación está avanzada, te pondrán una correa
suelta alrededor del abdomen. Esta correa asegura un parche que está conectado
a una máquina con pantalla. Esta pantalla muestra el trazado del latido del
bebé, que podría ser monitorizado todo el tiempo en los primeros días de tu
hospitalización. Conforme mejores, podría comprobarse el latido varias veces al
día.
Análisis de
orina: Te pedirán que orines en un bote. El personal del hospital medirá y
analizará tu orina para asegurarse de que estás tomando líquidos suficientes.
No te deshagas de la orina hasta que la enfermera te dé el visto bueno.
Otros
análisis: Podrían estudiarte el hígado, los riñones, el páncreas y los
intestinos para encontrar la causa de los vómitos.
Peso: Te
podrían pesar cada día para ver si se ha producido algún cambio.
Comida: Hasta
que se detenga el vómito, permanecerás en ayuno absoluto. En su lugar,
recibirás comida y vitaminas a través de la vía. Cuando el vómito haya
desaparecido podrás empezar a beber muy despacio y a comer en pequeñas
cantidades.
Emociones:
Intenta relajarte y evita el estrés. Hablar con tu médico o con alguien cercano
podría ser de ayuda.
Cuando estoy muy desanimada, leo tu blog y me ayuda mucho, como bien dices lo peor es la soledad y la incompresión de todos los q tenemos alrededor.
ResponderEliminar13+2 dias, esperando que está pesadilla termine pronto
He tenido 4 niños y en todos los embarazos tuve hiperemesis. Es duro, pero se puede. No ha disminuido mi deseo de más hijos y al contrario, sufro por no poder tener embarazos tranquilos. Probablemente hubiera tenido los niños más seguiditos, no lo sé, pero la fuerza que tenemos como madres se prueba en estos momentos también. A mí me han servido entre otras, estas estrategias (gracias a Dios, no tuve que convencer a nadie de lo mal que estaba, se notaba en mi aspecto y en la cantidad de veces que corría al baño): Se puede preparar ese tiempo en que "no estaremos" para nuestros niños (desde el segundo embarazo), juntando dinero para pagar personas de ayuda, preparar a la familia para que ayuden. Intentar minimizar, organizar las cosas que luego nos provocan ansiedad y depresión. Y luego a mí me sirvió mucho desconectarme para no pensar para lo cual me pasaba todo el día con la tele prendida con esos programas de media hora de entretenimiento, de desafíos, de concursos, esas tonterías de la televisión que desconectan, evitando dramas, sentimentalismos, etc. Y muchas veces, ponía canales de cocina! Porque lo increíble es que tenía hambre y sed, pero mi cuerpo vomitaba alocadamente. Si bien puede ser molesto, creo que estar en el hospital era bueno porque la hidratación intravenosa ayuda a pasar mejor esas semanas, a evitar la piel seca, los labios secos, te da la seguridad de que algo te nutres. Todos los pensamientos negativos son normales y no son culpa nuestra. Hay que desconectar. Yo sentía que tenía un extraterrestre en mi interior, un ser extraño que me molía. Pero la cabeza va por su lado y no es culpa de ella. Con nuestro corazón y voluntad sabemos que todo pasa muy pronto.
ResponderEliminarYo tengo fe y esto la pone a prueba, pero la aumenta al final. Ofrecer el sufrimiento por alguien en particular alivia mucho, y no da esa sensación de sufrir en vano (yo ofrecía por los niños que sufren mucho culpa de los adultos).
Gracias por abrir este blog. Estudiaré la página en inglés