jueves, 18 de abril de 2013

Tratamientos



 
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La Hiperemesis es, sin duda, una enfermedad fisiológica. Tratarla como si no lo fuera no ayuda y de hecho puede ser perjudicial para madre e hijo. Una terapia precoz a menudo reduce complicaciones y costes. Medicación, reposo absoluto, hidratación intravenosa y terapias nutricionales suelen ser lo más efectivo contra la HG, una enfermedad que puede durar toda la gestación con diversos grados de gravedad. Dado que cada mujer es diferente, es fundamental que las terapias tengan en cuenta los síntomas de la madre y su respuesta al tratamiento.  

Las mujeres que no son tratadas pueden llegar a interrumpir un embarazo deseado para acabar con el sufrimiento. A menudo deben afrontar desafíos derivados de tipo psicosocial, como depresión o ansiedad, que complican la gestión de la enfermedad. La depresión es consecuencia natural de permanecer confinada en casa (o en cama) y de ser incapaz de llevar a cabo las actividades diarias más simples, mucho menos atender a su propia familia. Además, la ansiedad que acompaña a la depresión, que suele originarse en la idea de vomitar y sentir náuseas sin descanso y durante horas. Muchas mujeres temen morir y se sienten culpables ante la posibilidad de dejar morir a su bebé si no se fuerzan a comer, a pesar del inevitable vómito que vendrá a continuación. Tratar los complejos cambios psicológicos que causan síntomas tan graves puede presentar muchas dificultades.

Además, dado que el origen no está en un único factor, cada mujer responde de forma diferente a los tratamientos. Por eso, no puede prescribirse una medicación única. Cada vez está más claro que una intervención proactiva con un plan de tratamiento puede disminuir la gravedad y la duración de la HG, por no mencionar que evitaría muchas complicaciones a muchas mujeres.  El reto es encontrar un tratamiento que funcione con cada mujer.

"Una atención adecuada a mujeres con Hiperemesis grave va más allá del uso de esteroides. Si el vómito ha sido prolongado, es necesario remplazar la tiamina, posiblemente junto con vitaminas solubles en agua, con el objeto de evitar la encefalopatía de Wernicke. Es esta una deficiencia que puede originarse tras la falta de ingesta de alimentos durante varias semanas. La tiamina es un factor esencial para las encimas encargadas de sintetizar los carbohidratos y es importante que sea repuesta antes de administrar estos últimos. Una vez remplazada la tiamina, la provisión de calorías como Dextrose 10% por vía intravenosa (que proporciona 400 kcal/L) acelera la recuperación. Una acidez importante suele originarse debido a la regurgitación de ácidos gástricos y ha de tratarse con ranitidina. Por último, la movilización de la mujer debe hacerse de forma gradual, dado que el movimiento exacerba las náuseas subyacentes. Dar el alta cuando los líquidos por vía intravenosa ya no son necesarios, no es algo acertado, dado que esto puede llevar asociada una pérdida de control, precipitada por el viaje a casa. Una explicación completa y comprensiva de la enfermedad y un pronóstico probable también forman parte de la gestión rutinaria".
E. Al-Ozairi, J.J.S. Waugh y R. Taylor (2009). El aborto no es el tratamiento contra una HG grave: gestión eficaz con prednisolona.

La investigación de la Fundación HER observó que el reposo absoluto y la hidratación intravenosa son dos de los tratamientos más beneficiosos contra la HG. Esto no significa que sean los únicos adecuados, sino sólo que son los más universalmente beneficiosos para mujeres con HG. En algunos países pueden administrarse líquidos por vía intravenosa en casa, con bajo coste y un riesgo mínimo.  A veces la cobertura del seguro médico incluye esa hidratación intravenosa en casa, lo que permite a la madre recibir líquidos de forma continua en lugar de sufrir el ciclo hidratación-vómito-deshidratación. Este ciclo empeora la HG y retrasa la recuperación. Muchas mujeres afirman sentirse mucho mejor después de pasar por urgencias y ser rehidratadas, pero luego vuelven a vomitar y tienen que regresar después de unos días para que les administren más líquidos. La hidratación intravenosa en casa evita todo esto. Hay médicos, sin embargo, que no se dan cuenta de que detener el ciclo de la deshidratación contribuye a evitar el agravamiento de la HG. Cualquier gestante que produzca cetonas o muestre signos de deshidratación debe recibir hidratación intravenosa, que incluya vitaminas preferiblemente. Las vitaminas son esenciales cuando se vomita de forma prolongada, si queremos prevenir complicaciones.

*      Medicación: Los antieméticos son los medicamentos más frecuentes y efectivos para tratar la HG. Los beneficios suelen superar a los riesgos.

*     Tratamientos antialérgicos: A veces los síntomas de la HG pueden tratarse con procedimientos antialérgicos.

*     Medicina alternativa: Puede ser efectiva en el alivio de náuseas y vómitos en casos de HG leve, aunque suele usarse en combinación con la medicina alopática.  

*     Terapias nutricionales: Las investigaciones demuestran que las náuseas y los vómitos prolongados provocan una significativa pérdida de importantes nutrientes, lo que puede empeorar, a su vez, náuseas y vómitos. Si no se remplazan estos nutrientes, la mujer está en riesgo de sufrir más complicaciones y una recuperación más larga. Los nutrientes pueden remplazarse por vía intravenosa o directamente en el aparato digestivo (estómago o intestinos).

*     Terapia conductual: Esta terapia usa técnicas de imagen y control de estímulos y a veces, se emplea en casos leves con efectos positivos. 

*     Reposo absoluto: El reposo absoluto prolongado puede producir efectos negativos como atrofia y una recuperación tardía tras el parto. La mejor estrategia es hacer todo lo posible para recibir una atención efectiva y mantener la movilidad cuanto sea posible. La fisioterapia puede ser beneficiosa.

*     Terapia de aislamiento sensorial: Consiste en aislar a la mujer de cualquier tipo de interacción o estimulación dentro de una habitación. No recibe visitas ni de su familia durante días o semanas. Esto es cruel e infectivo en los casos reales de HG. El aislamiento y la depresión derivada sólo empeoran la HG e incrementan el estrés de la mujer. No debería usarse. Sin embargo, dado que olores, ruido y luz pueden agravar los síntomas, sería útil minimizarlos tanto como sea necesario.

*     Psicoterapia: Este tratamiento puede ser efectivo con las complicaciones derivadas, como la depresión y la ansiedad, si se emplea en combinación con medicación antiemética e hidratación. No debería usarse nunca como terapia principal en casos de HG. Ayuda a algunas mujeres a gestionar sentimientos relacionados con la HG o con los cambios normales de la gestación y la maternidad. A menudo, también se emplea con éxito para tratar la depresión post-parto. 

*     Aborto terapéutico: El aborto es en la mayoría de los casos de HG evitable gracias a la variedad de tratamientos disponibles. Las mujeres que eligen el aborto, lo hacen más a menudo por haber recibido un tratamiento inadecuado o ineficaz. Las mujeres que no son tratadas, sufren a veces un desajuste metabólico tan importante que hace aconsejable un aborto para salvar su vida. Sin embargo, debería considerarse sólo como última opción. Las consecuencias a largo plazo no deben ser obviadas o subestimadas.

*    Otros tratamientos: Las mujeres con HG tienen otros síntomas que a menudo causan un malestar importante. Uno es el ptialismo (también llamado hipersalivación). El ptialismo es en esencia una sobreproducción de saliva que, según se cree, se deriva de un incremento del nivel hormonal. Ocurre también en embarazos sin HG y empeora las náuseas. Hay pocos tratamientos para combatirla y la mayoría de las mujeres la sobrellevan escupiendo en un vaso o en un pañuelo. En casos graves, puede utilizarse una máquina succionadora, evitando así la irritación en la piel de labios y mentón por la constante exposición a la saliva. Otros síntomas son dolores por períodos prolongados de inactividad, tratados normalmente con analgésicos.

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